En el terreno de las inversiones, lograr una aproximación acertada hacia los riesgos del mercado es imperativo. En 2024 el comportamiento de los inversionistas en Latinoamérica estuvo marcado por factores globales y locales, y la contienda electoral en Estados Unidos fue determinante. La volatilidad en los mercados globales guió la prudencia en los tomadores de decisiones, donde además, factores como las tasas de interés elevadas en el país anglosajón, la incertidumbre económica mundial y las tensiones geopolíticas afectaron el apetito por el riesgo, lo que orientó la búsqueda de refugio en activos más seguros y estables, como el oro, los bonos del gobierno, y activos de mercados desarrollados.
Aunque la victoria republicana podría generar tensiones comerciales y políticas, influyendo en los mercados financieros en 2025, una reciente publicación de J.P. Morgan destaca que “es probable que la nueva administración traiga un cambio significativo que respaldaría aún más la recuperación de la negociación de acuerdos y liquidez del mercado de capitales”.
No lejos de esta aproximación, en el informe Wealth Outlook 2024, Citi detalla: “Las preocupaciones políticas y geopolíticas requieren una gestión del riesgo, donde creemos que la diversificación es la clave”. La institución financiera también analiza el potencial de los inversores que busquen rentabilidad y diversificación en activos alternativos como la actividad inmobiliaria. “Nos atraen las estrategias inmobiliarias selectas dirigidas a los sectores industriales y hoteleros, así como ciertos tipos de ‘hedge funds’”.
¿Estabilidad?
Los temores de recesión en Estados Unidos se han disipado y se prevé un crecimiento sostenible. Para Álvaro Naranjo, financista y vicepresidente senior de Gestión Patrimonial en la casa de valores Geneva Asset Management, aunque la economía se encuentra saludable y estable es necesario marcar las diferencias entre la economía y los mercados. “Los mercados accionarios no suben en línea recta y siempre tienen volatilidad”.
Observa que el presidente Trump es una figura promercado y se ha celebrado desde su elección. “Las valoraciones de las acciones se cotizan a múltiplos altos comparados históricamente; una corrección es posible y sería sano”.
“Es imposible predecir qué ocurrirá con la guerra entre Ucrania y Rusia o lo que está pasando en Israel, o qué medidas arancelarias adoptará el presidente Trump, pero son eventos que generan ruido y volatilidad. Estructural no creo, pero volatilidad siempre habrá”, remarcó.
Y ¿qué tipo de acciones en bolsa podrían tener buenas oportunidades?
Naranjo insiste en que “el verdadero inversionista es el que ve las acciones como empresas, invierte a largo plazo y no está obligado a vender en momentos desfavorables”. El que compra para vender en un periodo corto con la expectativa de una rápida ganancia es considerado especulador.
Inversiones el pulso de 2025 desde la región
“Para ser defensivos invirtiendo en acciones, la mejor manera de invertir es a través de índices accionarios de bajo costo o ETF (Exchange Traded Funds). Son fondos de inversión pasivos de bajo costo que cotizan como una acción y replican los principales índices del mercado como VOO que replica el Standard & Poors 500 o el DIA que replica el Dow Jones”, sugiere.
“La volatilidad no necesariamente es un riesgo cuando se está invirtiendo en empresas de calidad, a largo plazo, con valoraciones justas y no se tiene que vender en momentos desfavorables. Si se tienen en cuenta estos cuatro conceptos, los momentos de volatilidad son oportunidades de compra a mejores precios”, recordó “Es posible un aumento de la volatilidad, pero teniendo en cuenta un presidente promercado, la resiliencia de la economía americana y su agilidad son una ventaja”.
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Aterrizaje en CA
Sanaa Abouzaid, gerente regional de IFC para Centroamérica piensa que “el mercado de renta variable estadounidense ha mostrado un desempeño positivo durante casi todo el 2024, impulsado por la continua revisión al alza de las expectativas de crecimiento en Estados Unidos”.
Un factor clave ha sido la notable disminución de la inflación en los últimos dos años, junto con los recortes de tasas por parte de la FED.
En adición, la solidez en la economía estadounidense, que ha crecido más rápidamente que otras economías avanzadas en los últimos años, “es una buena noticia” para Centroamérica.
“En 2024, el crecimiento de la región se mantuvo sólido gracias al consumo impulsado por las remesas (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) y las sólidas exportaciones hacia Estados Unidos (en particular, desde Costa Rica).
Dado que se espera que la economía estadounidense siga destacándose, las perspectivas para Centroamérica son alentadoras, especialmente por los elevados niveles de remesas que serán sostenidos por el dinamismo del mercado laboral estadounidense”.
Abouzaid acota que los sectores manufactureros y de servicios están en una posición favorable para atraer inversión extranjera directa (IED) debido al nearshoring. La tendencia hacia la relocalización de las empresas, impulsada por iniciativas como la CHIPS Act, presenta “enormes oportunidades para la región”.
Panamá y Costa Rica están en excelentes condiciones “para aprovechar este fenómeno y esperamos que los demás países aprovechen esto”, para lo cual será clave la implementación de buenas políticas de IED.
¿Riesgos?
Las tensiones comerciales más amplias, potenciales alzas arancelarias o políticas migratorias más estrictas “podrían afectar tipos de cambio, tasas de interés y precios de materias primas, dificultando el crecimiento económico y debilitando las monedas de la región”, emplazó la representante del IFC para la región.
Se trata de presiones que también podrían aumentar los déficits fiscales y la inflación. “En este contexto, los inversionistas en Centroamérica deberían aprovechar las tendencias de largo plazo como el nearshoring, pero adoptar estrategias prudentes”.
Percy Peláez, presidente de la Cámara de Comercio Centroamericana en Houston estima una reactivación para el segundo semestre de 2025, atribuida a proyectos de infraestructura como puertos, carreteras y hoteles.
La diversificación, la tecnología y la inteligencia artificial en el emprendimiento y las corporaciones será fundamental. Igualmente el incremento de la oferta de autos eléctricos y el uso de las energías renovables, marcarán la pauta en este nuevo periodo.
Por Yandira Núñez